Lo que nadie te cuenta sobre el negocio maldito del coltán

Lo que nadie te cuenta sobre el negocio maldito del coltán

¿Qué tienen en común el Smartphone desde el que estás leyendo esta noticia con una notebook de una persona en China, por ejemplo? Ambos dispositivos tienen en su interior un mineral llamado coltán, indispensable para la fabricación de estos aparatos electrónicos, el cual es obtenido de una zona específica del mundo: Congo.

Se trata de un mineral muy escaso y preciado, cuyo 80% de reserva mundial se encuentra en la República Democrática del Congo, un país en una grave y creciente crisis humanitaria desde hace años.

Los datos sobre el coltán del Congo son estremecedores: cada kilogramo de coltán cuesta, en promedio, dos vidas de humanos congoleños. La extracción de este material muy pocas veces es regulada, y, en la mayoría de los casos, se cometen crímenes de esclavitud y violación de los derechos humanos, sometiendo incluso a niños a meterse en las minas de coltán y extraer este mineral por horas y horas bajo amenaza de arma de los militares de la zona.

14 horas de trabajo a cambio de un Euro

Así como lees en el título: cientos y miles de congoleños en extrema pobreza y desesperación trabajan durante jornadas de más de 12 horas a cambio de tan solo un Euro.

En Manguredjipa, a más de 400 kilómetro de Goma, una importante ciudad del Congo, es una aldea sumamente pequeña sin ningún atractivo, sin escuelas, ni hospitales, ni hoteles… Entonces, ¿qué atractivo tiene? Sencillo, una de las minas de coltán más grandes del país africano.

El grupo rebelde Mai-Mai, el cual tiene controlada la zona de esta aldea desde hace mucho tiempo, somete a adultos, niños y mujeres sin discriminación alguna a introducirse de luz del día hasta la noche para extraer coltán de esta mina.

Con las ganancias de la exportación de este preciado mineral, estos grupos rebeldes compran armas, las cuales utilizan para seguir sometiendo a la población o para, en su defecto, defenderse de una posible guerra civil, la cual, en Congo, puede estallar de un día para el otro en un abrir y cerrar de ojos.

 

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